Lo que compartimos con nosotros mismos

Con tantas redes sociales dando vueltas, no es raro que el foco de lo que subimos a Internet sea lo que le mostramos a los demás. Compartimos las anécdotas de las fiestas en Facebook, las fotos de las vacaciones en Flickr, lo que escuchamos en Last.fm, lo que pensamos a cada instante en Twitter. Con todo esto, cualquiera con acceso a nuestros perfiles puede hacerse una idea aproximada de nuestros gustos y actividades.

Pero, ¿pensaron alguna vez los efectos que tiene subir todo eso en nosotros mismos?

Hasta hace algún tiempo, no guardábamos muchos “registros” de nuestras actividades. Las fotos o las filmaciones pertenecían más bien a eventos especiales, de vez en cuando nos quedábamos con la entrada a un recital o un pasaje de avión de recuerdo, y, en el mejor de los casos, teníamos un diario íntimo en el cual registrábamos nuestros pensamientos más importantes (pero de ahí a que realmente lo llenásemos a diario, era otro tema).

Social

Desde hace unas semanas que vengo pensando lo mucho que cambió eso, por lo menos para mí. Usando las redes sociales puedo reconstruir momentos de mi vida con un detalle que nunca antes había sentido. Mis pensamientos más automáticos están en esos twitts descuidados que hoy jamás publicaría; las fotos etiquetadas con gente que hoy ya no es parte de mi vida, con comentarios que me recuerdan a épocas pasadas. Incluso hasta tengo acceso a las primeras palabras que intercambié en mi vida con personas que hoy en día son importantísimas.

Me di cuenta así que cuando compartimos cosas en Internet, no lo estamos haciendo solamente con los otros, sino también con nosotros mismos, y eso puede ser algo maravilloso. Esas cosas que hacemos cotidianamente y sin darnos cuenta, y que por medio de la tecnología se ven facilitadas para “guardar”, son un retrato permanente de cada día que vivimos.

Sí, por supuesto, no toda la vida se comparte y muchas de las mejores cosas pasan offline. Pero las que quedan registradas son una ventana al pasado que podemos usar para conocernos mejor a nosotros mismos, o recordar viejos tiempos, y hasta ver el largo camino que hemos recorrido hasta ser quienes somos hoy en día.


Comentarios

9 respuestas a «Lo que compartimos con nosotros mismos»

  1. Me parece no sólo cierto si no fantástico. ¿Por que? Por el simple hecho que es como deberíamos funcionar y como debería funcionar el Internet. Me explico: el Internet fue creado con fines de espionaje y toda esa basura de destrucción, pero se transformó en una cadena de retroalimentación que bien empleada puede beneficiar a los usuarios. Por otra parte el auto conocerse a través de los otros y de los momentos que compartimos es una forma muy buena de ser más consientes.

    Me agrado mucho el post.

  2. Muy bueno el post!
    Vamos a abrir más ventanas al pasado y ventanales al futuro!!
    beso,

    Alan

  3. Avatar de Daniel Alejandro Mal
    Daniel Alejandro Mal

    yo tengo una pregunta… como haces para q en cada entrada de tu blog aparezca eso de para compartir?? y agregar a buzz y esas coas… no se como hacerlo, si me lo pudieras expliacr, gracias! (si este no es lugar de preguntas lo siento… solo no sabia donde ponerlo… jeje)

  4. Avatar de Sebastián J.
    Sebastián J.

    Felipe Contreras es un amigo que recogió la explicación de otro amigo de para qué llevar un blog:

    "Mi blog lo escribo para mis hijos, para que un día pueda leer quien era, que hacía, que pensaba y cuales eran mis certezas y contadicciones". Así describió un amigo frente a otro que le preguntaba porque escribir de manera tan personal en un blog.

    Yo creo que esa visión es genial. El blog y todas las redes sociales como bitácoras vitales, no necesariamente como "diarios de vida", como historias narradas en primera persona. Si no más bien, como collages donde fotos, textos cortos, videos, textos largos, ubicaciones en el mapa, etcétera van haciendo perenne la huella que dejamos en el mundo.

  5. Yo antes decía que odiaba las fotos porque era encasillarte en el pasado, y ahora lamento no tener muchas fotos de buenos momentos de mi vida (incluso muchas que destruí), yo empecé a guardar cosas justamente con mi blog el cual ya empecé muy tarde, que fue a finales del 2007.

  6. asi es, bueno quien mas quien menos , nuevas formas de relacionarse y construir asi nuestra vida, todo todo incide en nosotros en mayor o menor medida, puede ser maravilloso o muy peligroso, mostrar y registrar tu historia y quien sos no? por cierto espero no enterarme del casamiento por el face no?

  7. Personalmente soy de los cholulos que guardan algun objeto o algo significativo (con el tiempo se transforma en un "bartulo sentimental"). No obstante tambien me gusta rememorar viejas conversaciones o explorar que decia o hacia en las pocas redes en las cuales estoy suscripto. Todo esto tiene lados positivos como son los que vos recalcas, pero es negativo tener tanta informacion personal "on-line", todos sabemos que es peligroso. Mientras se use con responzabilidad creo que las redes sociales son una gran herramienta de sociabilizacion online y para pegar un vistazo al pasado de tanto en tanto! 🙂 saludos!

  8. vengo pensando en esto hace un tiempo y es tal cual lo decís. En mi caso no noto tanto la diferencia porque desde chico siempre llevé un diario personal. Pero la diferencia sustancial que noto es que en él no anotaba cosas que a primera vista parecían no-importantes pero que luego con el tiempo lo fueron, como "hoy conocí a un par de pibes, José y Andrea"… y que 2 años después resulta que josé es tu mejor amigo y andrea tu novia.
    En cambio si sos de twittear y facebookear mucho, podés volver el tiempo atrás y ver todo eso.

    El problema es que también lo ven los demás, y eso no sé si está tan bueno.

  9. tenés razón, la verdad que incluso hasta da un poquito de miedo….

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